lunes, 26 de julio de 2010

Cuento Viejo


Sembré en el abismo frutos podridos, para gatillar en el sur de mi inconsciente. Para variar quiso activar desinhibidamente al fondo de está culpa que sólo el descubre.

Él, desarrolla apasionantes e intensas miradas disfrazadas de emociones, para luego destrozar una reputación ficticia de errores. En la que me victimiza por la poca falta de cordura ausente.

Espero esconder ante todos, esta vocación inmensa de debilidad, que desarrolle al son de su ironía. Él, por cada acto inconsecuente explora lo que jamás haría, si no estuviese alrededor de está soledad crónica y este vacio creciente de cada una de las expresiones exprimidas.

Por Pía N.A

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