viernes, 10 de octubre de 2008

Lo que suelo ignorar



Siento otra vez el halago de dudar, de toda mi fantasía
creada por los pasos inconcientes de mis sentimientos,
que me llevan una vez más, a la debilidad de una ilusión
y sobreexaltación de lo que realmente sucede a mi alrededor.


El aire se condensa en el tiempo espero pase un poco más lento,
para que me de la capacidad de volver a intentar escalar nuevos
retos, horizontes y direcciones. Tener el poder de tallar caminos
que lleguen a la escala del cielo y pueda alcanzar los nuevos
rayos del sol , junto con el tiempo que atardece.


Creo que el viento no pasa en vano, cuando el cálido día se halla
más intenso, siento la necesidad de saber que ocurre en aquellos
mundos que mis ojos no conocen, tener el requisito de descubrir
luz en los diversos tonos que el día entrega entre la noche que
ilumina la constelación de mi interior.


Explorar destellos y alucinaciones que mi mente exaspera y la
ambivalencia en el descanso de mi alegría. Desquisiar la realidad
como la virtud más sofistica de los ríos de mi libertad.
Por Pía N.A